domingo, 20 de noviembre de 2016

A MÍ ME LA VAN A DAR...



Cena y copas en una terraza. Suspendido el pádel por causa de salud (o falta de ella), quedamos directamente para el tercer tiempo. Ya somos mayorcitos para trasnochar y cuando la somnolencia se instala entre nosotros, igual que baja la niebla sin darse cuenta, me  envuelve y llega con nitidez la conversación del grupo más próximo, que está muy cerca por eso del aprovechamiento del espacio al precio que va el metro cuadrado. Dice uno:
-Te llaman a cada poco para ofrecerte un préstamo, pedirte una donación... 
-...o sugerirte un cambio de compañía telefónica con mejores tarifas -le interrumpe otro.  
-Cuando suena el móvil -tercia el de más allá- ya me temo que será para hacerme otra oferta irrechazable, así que les saludo y en cuanto tengo un hueco (de los pocos que dejan estos teleoperadores curtidos en mil batallas) les despido cortésmente. Hasta ahí podíamos llegar. 
-Son unos pesados -añade un tercero.
-¿Por qué en la página de "el país" o "el mundo" me salen anuncios con las cámaras de fotos que he estado mirando, la ginebra que bebo o los viajes que quiero hacer? Ya es casualidad...

Echo un trago a mi gintonic de Gordons con Schweppes, superada la moda de la macedonia sumergida, que se quedaba en un "no sé qué estoy bebiendo" a la segunda copa.
-Perdonad, tengo un guasap -se oye. 
Los amigos no contestan, entretenidos con sus móviles en los quehaceres obligatorios de la sociedad actual e interconectada.
-Mi mujer ha publicado que mañana tenemos comida familiar... de su familia. Me voy pitando.
 -Luego cuelgo en feisbuk las fotos de hoy. 
-Voy a guardarlas en la nube.
-Compártelas antes, que se te olvida.
Ponen morritos en el selfie que colgarán, no hay duda, en instagram y se despiden. Suena el teléfono de uno de ellos.
-No, gracias. No sé de dónde habrá sacado mis datos pero no voy a darle más. Me pensaré denunciarlos por intromisión en mi vida privada.
Y cuelga.
Apuramos las copas.
Por lo visto, la privacidad se ha ido al carajo. Para que luego hablen de la CIA. La CIA somos nosotros.